El silencio de la locura
Pacientes en el exterior del Sanatorio de Toén
Imagen: Cedida
Para comprender el contexto de la psiquiatría en Galicia a partir de finales de la Guerra Civil Española (1936-1939) es imprescindible ubicar ciertos acontecimientos que marcaron la evolución psiquiátrica.
El psiquiatra Manuel Cabaleiro Goás, nacido en A Coruña en el año 1916, se convirtió en una gran autoridad en esquizofrenia a nivel mundial. Su vida estuvo dedicada por y para lo que él denominaba el ‘hombre-enfermo’.
Siempre destacó por su respeto hacia los pacientes y su afán por la búsqueda de nuevas vías de investigación, enfocadas sobre todo en el estudio de la esquizofrenia.
Su vocación le llevó a estudiar la carrera de medicina en Santiago de Compostela (1934 -1942), teniendo en cuenta el parón intermedio a causa de la Guerra Civil en la que él militó. Tras completar su formación clínica con el médico José López Villamil, se convierte en el primer psiquiatra de Ourense.
Pionero de la psiquiatría ourensana
A partir del año 1955 el objetivo es proporcionar un lavado de cara a la asistencia psiquiátrica por lo que, desde la Dirección General de Sanidad se crea el PANAP, Patronato Nacional de Asistencia Psiquiátrica, un organismo cuyo objetivo era intentar mejorar la coordinación y la atención psiquiátrica de aquellos años.
En el caso de la ciudad de Ourense se decide construir un nuevo hospital psiquiátrico retomando un antiguo proyecto que nunca llegó a ver la luz.
La idea de construir la leprosería general del noroeste de España en aquellos terrenos llevaba en pie desde los años 30.
También se planteó levantar en el mismo espacio un sanatorio antituberculoso, pero el proyecto del hospital de Piñor ganó la batalla, siendo inaugurado en 1949.
Para ubicar con mayor precisión dichos terrenos, es necesario desplazarse hasta el Ayuntamiento de Toén (Ourense), más concretamente a San Pedro de Moreiras, una de sus parroquias. En un monte un tanto aislado, a 10 kilómetros de la ciudad termal se encuentra este destino.
En cuanto se aprobó el proyecto del nuevo psiquiátrico, se solicitó el permiso necesario para conseguir estas tierras, cuyos propietarios eran los vecinos de Toén.
En las cláusulas tanto de cesión como de fundación de los terrenos se recogía una condición muy importante para ellos.
Tal y como explicó Manuel Gómez (Lolo), los habitantes del pueblo, ya fuese con titulación u homologación, tenían preferencia para trabajar allí.
Lolo: "Algunos fuimos como auxiliares de enfermería, pero antes tuvimos que hacer un curso para especializarnos en salud mental”.
