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  En su interior  

Una de las particularidades que más llamaba la atención de este sanatorio psiquiátrico era la inexistencia de vallas o cualquier otro tipo de cierre que delimitase el recinto. No había muros y era algo que contrastaba con los barrotes de sus ventanas.

Al igual que ocurre hoy en día en múltiples psiquiátricos, había pacientes con regímenes de salida.

 

Dr. David Simón: Había enfermos que no podían salir de los pabellones en determinados momentos y otros que tenían regímenes de salidas y de permisos.

Los edificios, que en un principio estaban separados entre sí, ya que el proyecto estaba pensado para ser una leprosería, terminaron unidos a través de pasadizos.

A mediados de los años 70 hubo una ampliación en las instalaciones a la que se denominaría el ‘Club Social’, un ejemplo del afán de su director por implementar avances y elementos humanizadores en el día a día de los pacientes. Una obra de ocho edificios inacabada y los cuales al parecer, en su gran mayoría, no llegaron a utilizarse para lo que se pretendía en un inicio, aunque existen discrepancias sobre ello.

‘La fiesta del enfermo’ o ‘El día de la familia’, la visita de los Reyes Magos, talleres enfocados al arte o a la escultura eran algunas de las festividades y actividades que se realizaban.

 

A mayores, este sanatorio funcionaba como centro de formación. El hijo del Dr. Cabaleiro recordaba en concreto cómo una serie de religiosos holandeses llegaron hasta allí. Ellos mismos crearon centros de laborterapia dentro del propio sanatorio.

Todas las actividades potenciadas por el Dr. Cabaleiro Goás estaban ligadas a un punto en común, un modelo de evolución en la asistencia psiquiátrica de la época conocida como ‘psiquiatría de sector’, la cual se importó de países como Francia y Canadá.

 

Llevada a cabo a partir del año 1972, provocó la implantación de una organización sectorial en el centro, pero ¿en qué se basaba la organización por sectores?

 

El Dr. David Simón lo explica en el siguiente vídeo :

En la provincia de Ourense hubo dispensarios de comarca en Carballiño, Ribadavia, Celanova, Verín, Xinzo, O Barco de Valdeorras, Trives y puntualmente en Bande y Maceda. Las visitas eran semanales o quincenales y se hacía coincidir con los días de feria para facilitar el transporte y el seguimiento de los pacientes (ya que eran días con gran concentración de gente en esas zonas).

Otra de sus particularidades, además de la sectorización, fue el buen acogimiento de los psicólogos a su plantilla. Según cuenta el Dr. Cabaleiro Fabeiro fue el primer centro en toda España en hacerlo: Nosotros con los psicólogos nos llevamos de miedo. No sé ellos con nosotros, comentaba entre risas. Se asumió perfectamente ese rol, tanto que hasta uno de los psicólogos fichados llegó a ser director de Toén.

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