El silencio de la locura
Entre escombros
400.000 metros cuadrados de historia en ruinas. Desde que el SERGAS retiró la seguridad para custodiar el psiquiátrico de Toén, en el año 2013, fueron muchos los curiosos que se acercaron a descubrir qué guardaban estos diez edificios.
En poco tiempo todo lo que allí pudiese haber, desapareció. Desde el SERGAS afirman que allí contaban con un almacén donde guardaban camas, sillas y demás material sanitario obsoleto, por lo que una parte del recinto quedó cerrado, algo que no fue impedimento para los ladrones y para los okupas que se instalaban en ciertas zonas de los pabellones.
La maleza incontrolada, robos, saqueos, incendios y vandalismo definieron el paso de los años en unas instalaciones que buscaban desesperadamente un comprador. Durante 10 años se creyó que el estigma social había ganado la batalla, ya que no se planteaba ningún proyecto para un nuevo uso.